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SECUELAS PSICOFISICAS DE LA INSEGURIDAD

Desde que comenzó a profundizarse la crisis económica a fines de los noventa, hubo un notable aumento de la criminalidad en nuestra sociedad, particularmente de los robos y hurtos.
Muchos de estos hechos se acompañan con violencia o de la criminalidad cometida por marginales, cuyas modalidades
típicas suponen el accionar tanto de ladrones ocasionales y no organizados como de grupos de asaltantes organizados y que actúan regularmente sobre residencias, vehículos y empresas.
Toda victimización produce una disminución del sentimiento de seguridad individual y colectiva, porque el delito afecta profundamente a la víctima, a su familia y a su comunidad social y cultural. 


La víctima se siente vulnerable y esto provoca sentimientos de angustia, desconfianza, inseguridad individual y social. El delito crea una verdadera situación de estrés porque significa un daño y un riesgo, en muchísimos casos un peligro de muerte, que representa para la víctima y para la familia vivir con miedo, angustia y la posibilidad de ser victimizadas nuevamente.

La inseguridad también está vinculada con dos aspectos:
desprotección institucional en la población (sentida por la víctima en forma generalizada) e impunidad del delincuente (sentida por la víctima en el temor de que el delincuente regrese). El estrés y la conmoción que representa la agresión en la persona de la víctima y en su familia dependen del tipo del delito, la personalidad de la víctima, las características del delincuente, las circunstancias delictivas y los daños sufridos. 

Las consecuencias familiares y sociales: las consecuencias involucran de un modo determinante a todo el grupo familiar al cual pertenece la víctima y depende del papel y la función de la víctima en el grupo familiar. En todos los casos en que se produce un hecho violento, un delito, existe daño, y por lo tanto la familia de la víctima se verá directa o indirectamente afectada. Las repercusiones dependerán de múltiples aspectos, de la historia familiar, del tipo de delito, de la personalidad de la víctima, del daño y las dimensiones de la violencia sufrida.

Además, en el área de Psicopatología, se registró un aumento de personas que presentaban disturbios psicológicos, en algunos casos como consecuencia a ser víctimas de delitos.

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